Muchas enfermedades del siglo XXI realmente no existían en el siglo XX, una de las razones principales es la mala alimentación y malos hábitos.
La solución que propone el Doctor Udo Erasmus es regresar a las fuentes naturales, es decir, comer productos enteros, sin procesar. ¿Por qué? Los productos sin procesamiento son más nutritivos, conservan los componentes que los tienen naturalmente. En cambio los procesados van perdiendo muchas de sus propiedades durante su camino al empaque.
Los alimentos procesados son tan consumidos porque nos hacen las cosas más sencillas, requieren una preparación menor o nula, duran más, son más fáciles de producir en altas cantidades y tienen la consistencia y forma "perfecta". Aparte muchos de los procesos modernos reducen el riesgo de contaminación de la comida.
El problema es que todas estas ventajas cobran un costo alto en nuestra salud.
Probablemente hoy en día es muy complicado eliminar los productos procesados de nuestras vidas, pero podemos procurar reducir la ingesta y que este tipo de alimento no sea el que rija nuestra alimentación.
Erasmus explica: "Our genetic material is a complete program containing all the information that is necessary to develop and sustain a human body for its entire life," explains Erasmus. "But it has two requirements. First, you must not poison the program. Second, you have to supply the building blocks that you need to build that body. When we process foods, we take essential nutrients out, and we introduce toxic molecules at the same time. So we're doing the two things we should not be doing."
Los alimentos enteros son densos en nutrimentos, vitaminas y minerales, la energía que aportan rinde más, es gasolina premium no magna, mientras que los alimentos procesados son densos en calorías, la energía que aportan no es duradera y promueven la acumulación de grasa.
Existen tres alimentos que debemos cuidar en nuestra dieta: los granos, los aceites y los aditivos.
Los granos son uno de los ingredientes que más se procesa y se usa para preparar otras cosas. El problema con estos es que al procesarlos, les quitan toda la fibra y los nutrientes, dejando prácticamente puro almidón.
La mayor parte de los aceites que se venden en el supermercado son altamente procesados, lo que resulta en la transformación de grasas no saturadas a grasas trans y saturadas, aparte pierde nutrientes como la lecitina y clorofila. Lo que tiene como resultado problemas de corazón, diabetes, aneurisma, sistema inmunológico débil, disfunción del hígado, etc.
Y por último, los aditivos son mayormente productos sintéticos que no han sido estudiados del todo, pero al no ser naturales tienen una alta probabilidad de causar efectos negativos en la salud. Algunos aditivos más comunes como el sodio, son ingredientes de altas dosis en comida procesada y hacen que se supere por mucho, la ingesta recomendada. Para evitar el consumo de tantos aditivos podemos leer la etiqueta, la lista de ingredientes que tenga el menor número de ingredientes que no sabemos como pronunciar, es la mejor opción.
Fitzgerald, M. (2002). Get the Whole-Food Habit. Men's Fitness, 18(6), 50.
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